Tinaja extraída del fondo marino perteneciente a un pecio hundido en la bahía de Cádiz por un buzo de la Armada en el año 1980.

Dada la investigación en torno a la arqueología de los vestigios de confección cerámica anteriores a los siglos de la Edad Media, la pieza a intervenir no se encuentra dentro de las características en las que éstas se enmarcan.

La forma, desprovista de asas, ensanchada en la zona de la boca y gradualmente más estrecha hacia la basa, redondeada esta y con las marcas en forma de líneas del torno en el interior y en el exterior, así como una boca con un borde grueso y bisel hacia abajo, excluyen su familiaridad con las ánforas fenicias, púnicas, pre-romanas o romanas. La tipología que presenta, en forma de tinaja, podría haberse manufacturado desde el siglo XVII al XIX.

Ánfora: “Jarra de almacenamiento, generalmente de tamaño grande, perfil macizo y boca estrecha, siempre con dos asas.” (W. Bray y D. Trump 1976).

Tinaja: “Recipiente de barro con forma de vasija de perfil ovalado, boca y pie estrechos y por lo general sin asas.” (Romero, Alfonso y Cabasa, Santi 1999).

 

ANTES

El estado en el que llega es de 16 fragmentos, algunos de ellos con el material adhesivo anterior adherido, un adhesivo tipo “cola de contacto”

Presenta una estratigrafía en la que pueden observarse silicatos de coloración clara, de formas desiguales y dispersas de forma heterogénea, dentro una arcilla de tonalidad gris oscuro y cuyo grosor varía de forma irregular. El estrato exterior, de aproximadamente 1 mm de grosor, presenta una coloración naranja y la capa interior diversidad de tonalidades ocres (posiblemente debido a la amalgama de diferentes residuos depositados a lo largo del tiempo).

La capa externa exhibe un vestigio de maya protectora en la que se observa trama y urdimbre, pero ha quedado adherida a la cerámica así como multitud de residuos de coral, conchas, etcétera, fosilizados, procedentes del fondo marino. Resulta interesante el hecho de que la maya descrita se encuentra cubriendo dichas concreciones marinas, y no debajo como cabría esperar.

En su interior contiene piezas negras con aspecto de resina sólida, que podrían pertenecer a algún tipo de contenido transportado de aceite.

La pieza ha sufrido dos caídas en el transcurso del tiempo desde que fue extraída del fondo subacuático, ambas en el siglo XXI. El estado en el que llega presenta 16 fragmentos, algunos de ellos con el material adhesivo anterior adherido, un adhesivo tipo “cola de contacto”, cuyos ribetes se ven en ambas caras de los fragmentos. 

 

Proceso de intervención

El proceso de intervención constó de una limpieza superficial mediante aspiración, la eliminación del adhesivo puesto en intervenciones anteriores, pre montaje y estudio de los fragmentos a unir, montaje de la pieza, reintegración volumétrica y reintegración cromática.

RESULTADO TINAJA  S. XVIII