Este es el típico baúl que todas nuestras abuelas tienen o han tenido en sus casas para guardar mantas y enseres. Estaba en buen estado solo que el papel pintado del interior estaba roto y deshecho, dada su composición poco resistente a los cambios termohigrométricos. 

Ahora, después de pintar algunas zonas metálicas del exterior y cambiar el papel pintado interior por uno más actual y con reminiscencias al pop de los 60, luce vistoso y alegre, para un rincón que no pasa despercibido.